Cartillas Memorias Militantes. Aportes para una lectura política. Rosario (1955-1983)
Esta cartillas abarcan el periodo comprendido entre los bombardeos a Plaza de Mayo en 1955, hasta el regreso a la democracia en 1983. Pretendemos informar y desarrollar los hechos más importantes de ese periodo, haciendo hincapié en lo sucedido en la ciudad de Rosario y destacando a los muchas veces anónimos protagonistas locales.
La «teoría de los dos demonios», sostenida por autodenominados «progresistas» y por los oportunistas de turno, ha impedido en todo este tiempo poder elaborar una conclusión colectiva de estos enfrentamientos.
Las explicaciones que atribuyen los hechos históricos al protagonismo de militares satánicos y guerrilleros delirantes no logran, por un lado explicar la dimensión de los sucesos, mucho menos los fenómenos sociales, y por otro lado, cometen el grave error de considerar al conjunto de la población como «inocentes».
A medida que avancemos en las Cartillas observaremos como se fueron gestando esas posiciones dentro de las fuerzas armadas, quienes les dieron forma y alentaron y, además, cómo la violencia se había apoderado de los argentinos mucho antes de que los grupos guerrilleros aparecieran. Con ello esperamos arrojar luz acerca de que no hubo «inocentes», por el contrario, tanto en la acción como en la omisión fuimos todos protagonistas de esta historia.
Buscar que la sociedad tome conciencia de lo que fue capaz de protagonizar no significa reavivar viejas contradicciones y heridas que aún no han cicatrizado. Pretendemos en cambio encontrar entre todos las causas que provocaron esas heridas y cerrarlas con la construcción de un proyecto en común, que haga posible una Argentina soberana, con la sola exclusión de aquellos que lucran con la dependencia y el hambre de los argentinos.
Esto es solo un intento y agradeceremos tu colaboración para agregar, corregir o desarrollar los hechos aquí planteados.
Gracias
El nombre de Ediciones Tacuarita es un homenaje a Ángel Brandazza, militante del peronismo de base, a quien sus compañeros llamábamos «Tacuarita». Si bien Miguel Ángel no fue el primer desaparecido, su secuestro en la ciudad de Rosario, el 28 de noviembre de 1972, fue un punto de inflexión en la historia de esta región.